Gloria Hutt: “Nosotros creemos en un Estado subsidiario activo”
La presidenta de Evópoli y candidata al Consejo Constituyente espera que su sector, Chile Vamos, tenga mayor representación y mejores resultados en el segundo proceso de redacción de una nueva carta fundamental.
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La exministra de Transportes, y actual timonel de Evolución Política (Evópoli), Gloria Hutt (68), se ha convertido en una cara visible de Chile Vamos al encabezar el sector más moderado de la derecha, sector que espera reivindicarse en términos de participación en la Convención Constituyente respecto a lo que fue el primer proceso.
Luego de formar parte del llamado Acuerdo por Chile -documento que firmaron las fuerzas políticas del país para habilitar un nuevo proceso constituyente-, decidió lanzar su candidatura al Consejo Constituyente por la Región Metropolitana. “Estoy en la política por la defensa de ideales como las libertades de las personas. Y en la Constitución, más que en ningún otro lugar, es donde queda establecido para el país completo el ámbito de libertades”, expresa.
A su juicio, se trata de las definiciones posiblemente más “importantes que se tomen en mucho tiempo. Y mi mejor contribución al partido y al país está en hacer que en este proceso queden registradas las visiones valóricas que promovemos en Evópoli”.
“Me parece importante recoger opiniones ciudadanas y traspasar al texto constitucional las principales respuestas a sus expectativas”.
- ¿Cuáles son sus expectativas para este proceso constituyente?
- Pienso que va a ser radicalmente distinto del anterior. Creo que va a ser un proceso con mucho estudio, con mucho análisis, con discusión de muy buen tono, que va a producir un buen resultado. Creo que podemos hacerlo bien y están todas las condiciones dadas para que eso ocurra. Así que espero ser electa y poder contribuir a ese resultado.
- ¿Cómo espera contribuir a este proceso en caso de ser electa?
- Estudiando mucho y tratando de buscar acuerdos. Me parece importante recoger opiniones ciudadanas y traspasar al texto constitucional las principales respuestas a sus expectativas en todos los ámbitos que correspondan dentro de una Constitución.
Por otro lado, hay que estudiar mucho, porque hay muchos casos de constituciones exitosas y fallidas. Es responsabilidad del equipo redactor asegurar que la forma de constitución que se llegue a proponer esté entre los modelos exitosos.
- Respecto a la autonomía del Banco Central y la Contraloría, así como también del desarrollo productivo ¿cómo espera usted que una eventual nueva Constitución pueda influir en estas materias?
- En la autonomía de órganos como el Banco Central no tengo duda de que todos coincidimos. Puede ser que haya más discusión en otros ámbitos, por ejemplo, cuál es el alcance para el tratamiento del cuidado del ambiente. Uno puede tener algunas visiones más radicales o tomar los modelos de desarrollo sustentable que permiten el desarrollo económico y protegen el ambiente adecuadamente.
Otra definición tiene que ver con el rol del Estado y cuánto espacio se deja a la iniciativa privada. Nosotros creemos en un Estado subsidiario activo, es decir, que no solo entra cuando no pueden entrar los privados, sino cuando hay que resguardar el interés de las personas. Y en eso, nosotros mismos (durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera), en el cambio que hicimos del modelo de Transantiago, apunta a eso, que el Estado controla los activos estratégicos para resguardar el interés de la persona a través de la calidad de servicio.
- ¿Por qué un Estado en esencia subsidiario, y no uno social y democrático de derecho?
- No son divergentes, porque el Estado subsidiario puro plantea que el Estado solo interviene cuando no hay un privado que esté dispuesto a tomar alguna tarea o algún sector. En el Estado subsidiario activo se deja espacio a la iniciativa privada, pero el Estado también actúa en ámbitos donde hay privados, pero resguardando el interés de las personas.
En el cambio del modelo de Transantiago, en un Estado subsidiario puro, se entregaba toda la operación y los activos estratégicos a manos del privado, que controlaba todo. Si ese privado no daba buen servicio, el Estado quedaba bastante capturado y muy limitado para defender el interés de los de los usuarios a través de la calidad.
Nosotros separamos las partes, hicimos una licitación solo de servicios de operación, aparte dejamos bajo control del Estado los activos estratégicos, terminales y buses, a través de un leasing. Eso no reemplaza al privado, pero actúa sobre esos bienes.
- ¿Qué falló en el proceso anterior?
- Falló la conciencia de estar escribiendo una Constitución, el tomarle el peso a ese encargo, y creo que como no se tomó con la seriedad que implica algo tan relevante para el país y las siguientes generaciones.
Las cosas que estaban propuestas en el borrador afectaban gravemente la libertad de las personas y generaban grupos distintos ante la ley desunían el territorio. Hubo un intento de refundación, de hoja en blanco, que no era el encargo.
- ¿Qué opina acerca de cómo se configura este nuevo proceso?
- Me tocó participar en el Acuerdo por Chile en la segunda mitad del trabajo del proceso. Destaco el tono del trabajo, la amistad cívica que había en el grupo, que estaba todo el arco político prácticamente representado y el trato fue muy bueno. En ese grupo sí hubo conciencia de las implicancias de hacerlo mal, se notaba que todos pusieron lo mejor de sí para que no hubiera conflictos, y si había, se resolvieran.
Hay bastante más marco de trabajo y se agrega mucho conocimiento, no solo en la comisión experta, si uno mira la lista de candidatos, ningún partido llevó gente que fuera famosa por la farándula. Todos elegimos a personas que pueden hacer una contribución por su conocimiento.
(Este proceso) es radicalmente distinto del otro. Además, están las 12 bases, que fue un acuerdo transversal, el Comité Técnico de Admisibilidad, que son ultra especialistas en Constitución. Debiera funcionar mucho mejor que el proceso anterior.
- ¿Cómo se asegura la legitimidad del proceso?
- Por distintas vías, y eso es algo que se discutió durante la preparación del Acuerdo por Chile, porque uno de los puntos de discusión era si la comisión experta la elige el Congreso, si era o no legítima. Y lo es perfectamente, porque el Congreso está legitimado por elección popular.
Entonces, está una legitimidad que viene dada por el voto popular a través de los parlamentarios, y otra a través del voto directo. Así que, por lo menos a mi juicio, la legitimidad está completamente garantizada, todo el proceso además amparado por el marco constitucional vigente.
- Como Chile Vamos, ¿esta vez esperan verse debidamente representados en el proceso?
- Estamos haciendo todo para que eso ocurra. Nos importa mucho, porque justamente parte de las discusiones que se dieron en el proceso anterior eran limitaciones a la libertad de las personas y a desplegar el proyecto de vida personal, limitaciones a la propiedad de los bienes de la persona, y también a la posibilidad de tomar decisiones. Creo que en eso quedó muy claro el desafío para nuestro sector, que valora mucho ese ámbito de libertades.
Estamos todos trabajando muy intensamente para que tengamos una buena representación. Además, el trabajo durante esta etapa ha sido muy armónico dentro de Chile Vamos para armar el Pacto Chile Seguro. Así que yo confío en que vamos a tener buenos resultados.
- Respecto a la relación de Chile Vamos con el Partido Republicano ¿cómo esperan llegar a acuerdos con ellos?
- La discrepancia con el Partido Republicano tiene cosas de fondo y forma. De fondo, es una diferencia en el proyecto político, pero de forma también, porque ellos participaron en la mesa del Acuerdo por Chile y se retiraron voluntariamente. Después descalificaron muy ácidamente todo el proceso y aún más duramente el resultado. Ellos no querían una nueva Constitución.
Tenemos que trabajar en armonía, no solo dentro de los partidos de derecha, sino también en todo el arco político desde la izquierda más radical. Si eso se pudo lograr en el Acuerdo por Chile, no veo por qué no podría en la elaboración de la Constitución una vez que ya estén todos los cuerpos constituidos.